sábado, 21 de mayo de 2011

Engaño con lactosueros

En Colombia se comercializan productos a base de lactosueros, con nombres equívocos, como: “alimento lácteo”, “preparación láctea” y “mezcla láctea”. 

Los dos primeros se presentan en forma líquida, a diferencia de la mezcla láctea cuya presentación es en polvo.

La Cooperativa Lechera de Antioquia lo viene denunciando desde hace más de dos años. El pobre control de calidad de la leche ha llevado a que no sólo se venda cruda, con grave riesgo para la salud de los consumidores, sino que se expenda mezclada con lactosuero, un subproducto de la quesería, que se importa como insumo, especialmente para la industria galletera, pero que también entra de contrabando en grandes cantidades.

En el Decreto 616 de 2006, por el cual se expidió el Reglamento Técnico sobre los requisitos que debe cumplir la leche para el consumo humano en el país, en el  Artículo 14, en consideración a que es alimento de mayor riesgo en salud pública, “se prohíbe la adición de lactosueros a la leche en todas las etapas de la cadena productiva”. Además, “se prohíbe la comercialización en el territorio nacional de productos destinados al consumo humano con la denominación “leche”, cuando presenten modificaciones en su composición natural, tales como: ingredientes, aditivos o cualquier otra sustancia no autorizada por la normatividad colombiana vigente para leches y sus tipos; como por ejemplo, malto-dextrina, sueros lácteos…, bien sean fabricados nacionalmente o importados”. El mismo decreto establece sanciones para quienes violen esas normas, que van desde multas hasta el cierre temporal o definitivo del establecimiento.

Pero en Colombia estamos y aquí hizo carrera hace mucho tiempo lo de que “hecha la norma, hecha la trampa”. Durante la reciente asamblea de socios, el gerente de Colanta, Genaro Pérez, volvió a denunciar el tema en presencia del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo. Se están produciendo y comercializando, masivamente, bebidas a base de sueros lácteos, valiéndose para ello de publicidad engañosa porque induce al consumidor a comprarlas como si se tratara de leche, incurriendo no sólo en un fraude sino en una competencia desleal con la industria láctea nacional. ¿Por qué es un fraude? Básicamente porque el aporte de proteínas de las preparaciones alimenticias a base de lactosueros es mínima con relación al aporte de la leche entera pasteurizada. Y lo mismo sucede con el calcio y otros minerales. Lo más grave es que la estrategia de mercadeo de dichos productos está dirigida preferentemente a los estratos más pobres, en cuya decisión de compra pesa sobre todo el precio y es cierto que las bebidas a base de lactosueros son entre un 15 y un 20% más baratos que la leche pasteurizada.

Hay que reconocer que el señor ministro fue muy receptivo a la queja y en su intervención anunció la decisión del Gobierno Nacional de mantener el arancel del 98% a la importación de lactosueros e incluso limitar el contingente de importaciones de este producto a 3.000 toneladas anuales, con la probabilidad de reducirlo a lo estrictamente necesario para atender los requerimientos de la industria, en particular la de galletería. También se comprometió a que, para evitar que se induzca a engaño a los consumidores y se perjudique a los productores de leche, el gobierno exigirá a quienes vendan productos a base de lactosuero que digan explícitamente que no son leche.

Ayer, en la página web de la Superintendencia de Industria y Comercio, encontramos la grata noticia de que esa entidad tiene en marcha una investigación contra empresas de alimentos a base de lactosueros, lo mismo que contra supermercados que los distribuyen, por clara violación a las normas descritas. Entre otras irregularidades, la SIC encontró que para inducir la compra, se utilizan empaques similares a los de las empresas lácteas legítimamente constituidas, con referencias directas a la leche y empleando marcas que indican que el origen o principal componente es la leche. Igualmente irregular es su expendio en las mismas estanterías en que se ofrece la leche líquida o en polvo. También dice la SIC que está a punto de expedir una Circular Externa, que ordena a productores y comercializadores de productos elaborados a base de lactosueros rehidratados u otras fórmulas lácteas, que los mismos deben estar claramente separados de la leche en sus distintas variedades e identificados siempre con el aviso bien visible “ESTE PRODUCTO NO ES LECHE. Su composición y calidad nutricional difieren de las propias de la leche”. Crucemos los dedos para que ello se cumpla y para que las sanciones sean ejemplarizantes.

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